Las materias primas entraron ayer en lo que se conoce como un mercado alcista. El índice Bloomberg Commodity, que recoge la evolución del precio de 22 materias primas en todo el mundo, acumula un avance superior al 20% desde el pasado enero, cuando tocó mínimos en 18 años al caer hasta los 73 puntos. Técnicamente hablando, un mercado es alcista o bajista cuando varía más de un 20% sobre el mínimo o máximo anterior.
En el caso de las materias primas, cuyos precios han retrocedido un 70% desde máximos del 2008, el rebote es importante, pero no ha permitido recuperar ni de lejos los niveles de antaño. Aun así, los expertos concluyen que la evolución del índice en los últimos meses muestra que lo peor ha pasado. “La gran caída de las commodities la hemos dejado atrás”, asegura Álex Fusté, estratega jefe de Andbank.
Para Jaume Puig, director general de GVC Gaesco, “el mercado se encuentra en esa fase en la que muchos pueden entrar a comprar porque un número importante de operadores lo hace siempre a favor de tendencia y ahora, es alcista”. Pese a esto, Puig advierte de que no hay que lanzar las campanas al vuelo porque “aunque la demanda sigue fuerte, el exceso de oferta requiere tiempo para que se pueda absorber”.
Uno de los principales catalizadores de este cambio es el petróleo. En enero, el barril de Brent cerró por debajo de los 28 dólares. Ayer transitaba por encima de los 50 dólares poco antes del cierre de los mercados. La OPEP, el cártel de los países productores, vive sus horas más bajas, no hay coordinación alguna entre sus miembros y han fracasado todos los intentos de pactar recortes en la producción. Pero eso no ha evitado una cierta normalización de la situación.
“El mercado del crudo y el gas se está reequilibrando, los precios tan bajos han forzado ajustes de la producción, sobre todo en Estados Unidos, y prevemos que la oferta caiga al nivel de la demanda a finales de año”, afirma Roberto Ruiz Scholtes, director de estrategia de UBS en España. En efecto, en el caso del petróleo, la expulsión de centena-res o miles de productores de shale gas está ayudando a recuperar los precios, aunque al mismo tiempo se está produciendo el incremento de la producción en Irán.
En otras materias primas, como las que tienen que ver más directamente con la industria, el reequilibrio no será tan sencillo. Continúa habiendo un exceso de capacidad instalada de acero o de cobre y la situación no mejorará a corto plazo. Por eso, los expertos matizan que la entrada en un mercado alcista es, más que un cambio de ciclo, un rebote de alivio provocado por la estabilización del crecimiento en China tras la política de estímulos implementada por su banco central. “El mercado está sobreabastecido y hay riesgo de recaída”.
En el plano macro, preocupa el crecimiento mundial y las incertidumbres. En el corto plazo, hay tres: la reunión del comité de mercado abierto de la Reserva Federal de la próxima semana, el referéndum sobre la UE en el Reino Unido (23 de junio) y las elecciones parlamentarias en España (26 de junio). Sobre el primer punto arrojó un poco de luz ayer Janet Yellen, presidenta de la Fed. En su última intervención pública antes de la reunión del 14-15 de junio, Yellen dijo que “aunque la economía recientemente se ha visto afectada por una mezcla de fuerzas contrapuestas, veo buenas razones para esperar que las fuerzas positivas que apoyan el crecimiento del empleo y la mayor inflación continuarán superando a las negativas”. La subida de tipos en junio no es segura, pero parece hoy un poco más probable.